El pasado domingo 10 de mayo, el Ministerio Público
decidió reabrir el caso de las esterilizaciones, que fuera archivado por el
cuestionado Fiscal Guzmán Baca, en el año 2014.Esta vez, el caso lo llevará el
Fiscal Luis Landa Burgos y nuevamente serán acusados los ex ministros de Salud,
Alejandro Aguinaga y Marino Costa Bauer, así como ocho altos ex funcionarios de
la misma cartera. Según Carlos Rivera, abogado de IDL, las investigaciones han
sido ampliadas por tres meses más. “Lo que ahora corresponde es que la fiscalía
ejecute todas las acciones de investigación, llame a declarar, tanto a los
acusados como a las víctimas, y evalúe
todo el material probatorio que existe en 64 tomos”, explicó.
Han transcurrido 18 años desde que se efectuaron
las primeras denuncias. En el transcurso de ese tiempo, el caso ha sido
archivado y reabierto en diferentes oportunidades y coyunturas políticas.
Lamentablemente, y a pesar de que algunas organizaciones de Derechos Humanos y
colectivos de artistas frecuentemente han organizado acciones, en la búsqueda
de justicia y reparación, las tantas promesas políticas ha generado una
desconfianza aún mayor hacia los organismos de poder.
A once meses de las elecciones presidenciales de
2016, ¿los políticos de turno han encontrado beneficioso reabrir el caso de las
esterilizaciones, para posiblemente destacar el tema en su agenda de campaña
electoral?
La historia
En 1996, Giulia Tamayo, abogada y defensora de los
Derechos Humanos denunció irregularidades y obligación de cumplimiento de
“metas” entre el personal de Salud. Por primera vez, se mostraron documentos
con el registro de metas establecidas para la provincia de Huancabamba. En ese
mismo informe, resaltó los objetivos anuales establecidos por el ministerio de
Salud (395 esterilizaciones anuales). Giulia encontró que en el mes de
setiembre de ese año ya se habían realizado 169, es decir, el 42% del total
previsto. En el 2003, durante el gobierno de Alejandro Toledo, el Estado
peruano llegó a un acuerdo de indemnización con la familia de una de las
mujeres víctimas: Mamérita Mestanza Chávez, quien murió debido a un mal
procedimiento de esterilización quirúrgica. En el 2009, durante el gobierno de
Alan García, se archivaron los 2074 casos de mujeres agraviadas y otros 18,
correspondientes a las fallecidas. Dos años más tarde, durante las elecciones
del 2011 y la segunda vuelta entre Ollanta Humala y Keiko Fujimori, el olvidado
tema entró nuevamente en debate. La población, entonces, empezó a recordar,
mientras que otro sector se enteró recién del tema. Ollanta Humala ganó las
elecciones y uno de los primeros compromisos que anotó en su nueva agenda
presidencial de «inclusión social» fue la investigación del caso de las
esterilizaciones. También asumió la responsabilidad de dar una reparación a las
víctimas. Así, en el 2012, la Fiscalía decidió reabrir el caso, y durante los
primeros meses del mandato de Ollanta Humala, se encargó la elaboración de un
estudio que recogió evidencias y recomendaciones para concretar dichas
reparaciones. Sin embargo,este no fue presentado a la sociedad civil en abril
del 2012, como se había prometido hacer, y en el 2014, el caso fuearchivado
nuevamente, esta vez por el Fiscal Guzmán Baca.
Situación de
las mujeres “ligadas”
En una de mis visitas a la comunidad de
Huancabamba, en 2012, pude recoger testimonios de mujeres que se sentían
«traicionadas» por las promesas de Ollanta con respecto a la reparación de las
víctimas de AQV.
[…] “Aquí nada cambió, lo que quieren es llegar al
poder, cuando la gente del campo es la que vota… cuánto me arrepiento ahora… ni
Keiko, porque su padre fue el que nos hizo esto. Él dio la orden que se ligara
a las mujeres. Aquí venían (Fuerza 2000) a hacer campaña, traían comida, arroz,
¿de dónde traerían este arroz? Porque era amarillo, no era peruano… Toda la
gente apoyó a Ollanta. En Lima no lo han querido. Él ganó por el pueblo y
ahora, como lo quieren en Lima, todos apuestan por él (en Lima), y ahora a
nosotros nos dio la espalda, nos dio una patada donde más nos duele… Hemos llorado
con la traición que nos hizo” […]
Si bien la reapertura del caso esta vez es una
buena noticia para las mujeres afectadas, el lapso de tres meses que da la
fiscalía para reunir las denuncias
podría indicar que las
intenciones por parte de Estado aún no son del todo claras. Y es que un juicio
de este tipo abarca miles de involucrados -muchos más que en los casos de
violencia armada-. Por ello, formar equipos de trabajo minucioso, que
investiguen caso por caso (hasta ahora se han presentado 2074 víctimas), es una
tarea ardua.
Josefa Ramírez, coordinadora del Programa de
Educación Permanente para Mujeres y Jóvenes Andinas y Andinos, PEPMA, opina que
el Ministerio Público y demás sectores del gobierno no deberían caer en la
dilatación de tiempos de espera para las directamente afectadas por estos
delitos de lesa humanidad. “Porque la violación de los DDHH, sexuales y
reproductivos ha sido contra las mujeres andinas e indígenas, quienes son el
símbolo de nuestra identidad cultural e histórica del Perú”.
El de la señora Esperanza Huayama Aguirre,
presidenta del Comité de Defensa de Derechos Humanos de las Mujeres
Esterilizadas de Huancabamba (CDHME-Hbba) es uno de los casos más emblemáticos
de las esterilizaciones forzadas en la provincia. Ella afirma que esta noticia
animará a las más de 200 empadronadas en el Comité, a pesar del olvido, el
silencio y la exclusión a los que se les ha sometido por más de 18 años, al
igual que a otras mujeres andinas del país. Esta actitud ha sembrado en ellas
desconfianza respecto a algunos organismos del Estado, por lo que han decidió
convocar a una Comisión que viajara a Lima, para hacer escuchar su voz y sus
justas demandas.
Los derechos reproductivos y sexuales son temas
controvertidos en materia de Derechos Humanos. Estos se relacionan con los
prejuicios sexuales, el estigma social y las desigualdades profundamente
arraigadas en un país como el Perú. Si a esto le sumamos el constante discurso
estatal y de la sociedad urbana sobre el dudoso control que las mujeres indígenas
tienen sobre su propia fertilidad, encontramos que las condiciones en las que
se han llevado a cabo las campañas de planificación familiar en el Perú en los
últimos años no demuestran la seriedad que, por ética, les corresponde. Ello es
señal de que en el país aún existe un abismo de desigualdades socioculturales.
El mayor reto para el Estado en esta investigación no solo compromete una gran
inversión, sino también un plan de acción que hasta ahora ningún gobierno
parece querer afrontar. No basta con reabrir el caso para que los principales
responsables sean juzgados, sino que también es necesario determinar qué es lo
que buscan estas víctimas. Es decir, dilucidar qué tipo de reparación civil se
les puede ofrecer, si es que existe alguna.
*Inés Ruiz
Alvarado es actualmente candidata doctoral por la Universidad de Kent,
Inglaterra, y es autora del documental “Una voz estéril” (2012). Su
investigación examina las consecuencias de las campañas de esterilizaciones
quirúrgica AQV. Estudió Cine y Documental en la Universidad del País Vasco,
España, y es magíster en Estudios Hispánicos por la Universidad de Kent, Inglaterra.
Noticias SER
– Inés Ruiz Alvarado
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