El 9 agosto se celebró en el mundo el día
internacional de los pueblos indígenas, con especial interés en la
implementación de sus derechos. Siete años después de la adopción de la
Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos indígenas y a
seis semanas de la primera Conferencia Mundial sobre los Pueblos Indígenas, la
necesidad de reducir la brecha en la implementación es aún más urgente.
Este hecho se hace evidente en uno de los procesos
internacionales actuales de mayor envergadura: la formulación de los Objetivos
de Desarrollo Sostenible (ODS), que definirán las líneas de desarrollo y
sostenibilidad a nivel global que serán implementadas en los próximos 15 años.
El rol de los pueblos indígenas en la agenda de
desarrollo post-2015 es significativo por varias razones. Más de 370 millones
de personas en el mundo forman parte de los pueblos indígenas, que representan
un 15% de la población más pobre del planeta. Dos tercios de los pueblos
indígenas viven en países en desarrollo, los cuales juegan un papel
especialmente relevante en el proceso de los ODS a pesar de la naturaleza
universal de los objetivos. Los pueblos indígenas representan a más de 5000
grupos étnicos diferentes y son los guardianes de la mayor parte de la
diversidad biológica y cultural del mundo.
A pesar de todo ello, la presencia de los pueblos
indígenas y las referencias a la implementación de sus derechos han sufrido un
claro debilitamiento dentro de la formulación de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible. Existe por tanto el riesgo de que la agenda de desarrollo post-2015
suponga un paso atrás en materia de derechos de los pueblos indígenas. Mientras
los objetivos, metas y mecanismos de implementación del proceso no incluyan
adecuadamente a los pueblos indígenas, los procesos de desarrollo convencional
continuarán haciéndolos invisibles o, peor aún, víctimas de él.
Los
Objetivos de Desarrollo Sostenible: un paso atrás respecto a Rio
La idea de definir unos Objetivos de Desarrollo
Sostenible surge de la Conferencia sobre Desarrollo Sostenible Rio+20, en la
que se puso de manifiesto “la importancia de la participación de los pueblos
indígenas para alcanzar un desarrollo sostenible”; también reconocía “la
importancia de la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas en el contexto de la implementación de estrategias de
desarrollo sostenible a nivel global, regional, nacional y subnacional” (El futuro
que queremos: párrafo 49).
El proceso de formulación de los objetivos empezó
con buen pie para los pueblos indígenas, ya que en varios de los objetivos,
metas y medios de implementación se hacía referencia al término “pueblos
indígenas”. Asimismo las expectativas de los pueblos indígenas aumentaron
cuando durante la reunión del Foro Permanente de las Naciones Unidas en mayo de
2014, el jefe del grupo de trabajo encargado de la propuesta de los objetivos,
su Excelencia el Embajador Korosi, garantizó la inclusión de los pueblos
indígenas en ellos.
Finalmente sin embargo, los pueblos indígenas no
son mencionados en el preámbulo del documento que está actualmente en discusión
y solo aparecen en dos de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos:
en el objetivo 2, donde se hace referencia a ellos como “productores de
alimentos a pequeña escala”, y en el objetivo 4 cuando se menciona el acceso en
condiciones de igualdad a la educación y la formación profesional. Otras
referencias a los pueblos indígenas o al reconocimiento internacional de sus
derechos que aparecían en los borrados del último año han desaparecido.
Uno de los aspectos más críticos que han sido
eliminados de la última versión de los objectivos es la referencia al
Consentimiento Libre, Previo e Informado de los pueblos indígenas. En
borradores anteriores se expresaba la importancia de que “la toma de decisiones
fuera un proceso inclusivo, participativo y representativo a todos los niveles”
y se abogaba específicamente por “garantizar el Consentimiento Libre, Previo e
Informado de las comunidades locales en la toma de decisiones y en la gestión
de los recursos naturales”. Este aspecto ha sido eliminado del actual
documento.
La ausencia de una referencia al derecho de los
pueblos indígenas a la tierra es otra de las graves omisiones del actual
documento. En el enunciado del objetivo 2, donde se hace mención a los pueblos
indígenas, se alude únicamente al acceso a la tierra. Aunque asegurar un acceso
en condiciones de igualdad a la tierra es de suma importancia para los pueblos
indígenas, es absolutamente esencial que su derecho a la tierra y otros recursos
naturales sea garantizado.
En caso contrario, el objetivo propuesto que aspira
a “duplicar en 2030 la productividad agrícola y los beneficios de los
agricultores a pequeña escala incluyendo a los pueblos indígenas, los
pastoralistas y los pescadores” podría conducir una mayor explotación y
marginalización de los pueblos indígenas que socavaría su seguridad alimentaria
y pondría en riesgo su supervivencia física y cultural en el futuro.
Asimismo, mientras que el objetivo 1.4 se refiere a
la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, en el resto del documento no
se reconocen los derechos territoriales comunitarios. Una gran cantidad de
tierras en África, América Latina y Asia es gestionada por comunidades en base
a una historia, cultura, lengua o linaje compartidos. A pesar de que muchos
gobiernos reconocen los acuerdos de tenencia comunitaria, solo unos pocos han
establecido mecanismos legales de protección que aseguren las tierras
comunitarias. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible deberían reflejar los derechos
comunitarios a la tierra. De lo contrario, las comunidades de pueblos indígenas
se convertirán en vulnerables a la pérdida de las tierras, territorios y
recursos tradicionales que les quedan, y todo ello en nombre del desarrollo
sostenible.
La Conferencia
Mundial debe emprender acciones concretas hacia la mejora de las vidas de 370
millones de personas
La Declaración de las NU sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas fue adoptada en 2007. Este año estamos cerca de alcanzar el
final de la segunda Década Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo,
que culmina con la celebración en septiembre de la Reunión Plenaria de Alto
Nivel de la Asamblea General de las NU, que se denominará Conferencia Mundial
sobre los Pueblos Indígenas. Es por lo tanto de suma importancia que los
Estados y el sistema de las NU reiteren su compromiso con el reconocimiento y
la protección de los derechos de los pueblos indígenas, a la vez que ejerzan
presión sobre aquellos estado miembros que son reacios a desarrollar acciones
concretas que aseguren la implementación de los derechos de los pueblos
indígenas en el marco del desarrollo post-2015.
Los pueblos indígenas representan un tercio de la
población viviendo en extremadamente pobreza en zonas rurales. Para alcanzar un
desarrollo sostenible con éxito, es necesario que los gobiernos se comprometan
a garantizar la participación plena y efectiva de los pueblos indígenas así
como el reconocimiento de sus derechos. Debemos evitar a toda costa repetir los
errores cometidos en el contexto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Si
el texto operativo de los nuevos objetivos no se refiere de manera explícita y
significativa a los pueblos indígenas, los consiguientes procesos de
implementación y monitoreo les impondrán serias limitaciones y contribuirán a
su exclusión, relegándolos a los últimos puestos en términos de indicadores de
desarrollo sostenible.
Hoy día, celebrando el día de los pueblos
indígenas, hacemos un recordatorio de las necesidades y brechas a que se
enfrentan los pueblos indígenas a la hora de disfrutar de sus derechos humanos
como cualquier otro pueblo del mundo. En aproximadamente un mes, los líderes
del mundo contarán con una oportunidad única para generar el cambio que
conduzca a la mejora de las condiciones de vida de 370 millones de personas en
el mundo. La Conferencia Mundial sobre los Pueblos Indígenas que tendrá lugar
los días 22 y 23 de septiembre en Nueva York, proporcionará una valiosa
plataforma para que los gobiernos y agencias de NU reiteren sus compromisos con
la implementación de los derechos de los pueblos indígenas y tomen acciones
concretas para seguir adelante en este proceso.
Por el Grupo Internacional de Trabajo sobre
Asuntos Indígenas (IWGIA)
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